miércoles, 15 de junio de 2011

KIWI : La fuerza de las imagenes

Para saber bien como aprender a apreciar una película, a veces tenemos que partir conectándonos con nuestros sentimientos de a poco, con algún cortometraje por ejemplo. La fuerza de estos mismos está (valga la redundancia) en lo inteligente de sus realizadores en contar una historia en pocos minutos. Si la historia es buena y la música que acompaña también, estaremos transportados a pequeños cuentos a los pocos segundos, sino, vá a ser un verdadero fastidio.
Un buen realizador de cortometrajes escoje de forma detallada todas y cada una de sus imágenes de tal manera que cada encuadre nos debe decir algo en sí, cada toma es perfectamente muy bien iluminada y cada segundo es de suma importancia para transmitir el cuento. Ninguno falta y ninguno debe faltar, todos en un solo objetivo desde el inicio hasta el ultimo segundo de proyección. Como pequeño ejemplo es un deber ver el corto animado "KIWI" (2006), una pequeña historia tesis de un realizador joven que junto a una solida y muy sencilla banda sonora, nos cuenta de los sueños de una pequeña ave que por tener pequeñas alas está imposibilitada de volar, pero no de soñar. La historia es simple y triste pero la metáfora, si logran entenderla, nos dice en pocas palabras (o imágenes en este caso), que nuestros sueños nunca deben ser truncados por las imposibilidades que nos pone la vida por delante, que siempre debemos avanzar en pos de ellos hasta el final sin importar hasta donde lleguemos. Solo así, siendo fieles a nuestros deseos seremos felices

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